sábado, 14 de mayo de 2011

A TI TE DIGO, poema de Carmen Sampedro



La nada en mis manos los miedos repasa.
El reloj de cuco se burla en mi cara.
Miedo de estar muerta con las manos blancas
los labios cosidos la garganta ajada.
La nada nadea dueña de mi casa;
con geranios secos me lavo la cara.
No hay sepultura más seca y amarga
que este pozo negro donde veo mi infancia.
Niñez quebrada.
Pasan los recuerdos en cajita blanca
mortaja que cubre toda mi esperanza.
Ah, quién pudiera volver la cara
y llamar a gritos a gritos con garra
a gritos urgentes, a toques de campanas
llamar, llamar gritar, gritar,
que venga a mi casa que abra mis ventanas
y pronuncie mi nombre -que nadie proclama-
y su voz compasiva se acerque a mi alma
y derrita el hielo que cuaja mi casa.
 “A ti te digo, muchacha: sal fuera, estás viva”.
Y de mis manos huyera la nada.

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